Nuestros expertos inician con una minuciosa inspección de cada superficie para identificar el tipo exacto de madera (como roble, nogal, o pino), evaluar el grado de desgaste, la presencia de rayones profundos, manchas de humedad o daños estructurales. Esta evaluación permite diseñar un plan de restauración personalizado, incluyendo la reparación de tablas sueltas o el resanado preciso de grietas.